domingo, diciembre 12, 2010

El transporte público está deshabilitado, los conductores están adorando a la virgen, no hace falta especificar la fecha. Como buena persona que odia la espera, pongo los pies en movimiento después de menos de 10 minutos. Las luces guían la ceguera que ellas mismas producen, esta acera no está hecha para caminantes; para esos excluidos de la tendencia "auto propio o transporte público”. ¿Nadie opta por caminar en esta ciudad? Después de unos 10 minutos en línea recta llego a ese supermercado que cada ciudad tiene, era de esperarse, está abarrotado. No puedo comprar nada porque verdaderamente odio esperar, aún más si es una fila; mi neurosis no soporta las neurosis de los demás. Mis pies están de nuevo en movimiento y sin percatarme ya estoy en esa zona restringida de mi memoria, donde todo era, si no rosa, pues de cualquier color claro. No se puede recordar el pasado bueno sin ligarlo cronológicamente al ahora, el pasado malo se hace presente en ese interludio... y maldigo mi suerte, prosigo estoico en llevar a cabo el plan B, tengo que pasar esta zona de la ciudad antes de que colapse… continúo y me despierto incompleto, crecí sabiéndome incompleto, deseando una plenitud que a final de cuentas era falsa, nada está completo entonces... ¿qué es lo que nos queda a nosotros los incompletos? Las calles están más obscuras que de costumbre, será por el despertar o por la falta de luna.


jueves, junio 17, 2010


Una ventana empolvada que no se intimida ante un inmenso cielo opaco. Perdí la noción del tiempo... tan sólo veo luz color gris entre sueños, entre caricias. Ya no hay diferencia evidente entre amanecer y anochecer. Me perdí en nuestro mundo íntimo, en medio de la nada ni siquiera el tiempo reconoce su dirección habitual. Un edificio opaco, una colonia callada, niebla, árboles azarosos y hojas caprichosas, indomables; incluso la música es opaca, hipnótica, confusa... y hermosa. Tus sábanas huelen a perfume y siempre estamos adormilados. ¿Realidad o sueño? La diferencia ya no importaba, lo único que me mantenía atado al mundo era el invierno, la humedad. No había mejor refugio que tus brazos, tus sueños. Las conversaciones se detallaban en suspiros. Vivimos días lentos, impredecibles, confusos, desolados... no existía nadie más... Ahí nació mi nostalgia...

lunes, junio 07, 2010

El olor del cabello, las cosquillas, los ojos que hacen reír, la fragilidad, la valentía, el estremecimiento cuando algo malo pudiera pasarle, el resplandor de la mañana por la ventana, el color indescifrable, la pereza, la despedida diaria, la bienvenida, la suavidad, el saber que alguien espera, que a alguien le importa.

jueves, marzo 18, 2010

Han pasado muchas cosas a partir de mi último post... Kashmir no decepcionó, buen album y excelente concierto... Todo marcha bien :)