sábado, mayo 28, 2011

Somos una paradoja enmarañada en un sólo sentido, el de la incertidumbre. Es peligroso cuando escuchamos al otro y sin querer nos desenredamos. No queda más malicia que la del orden normal; no queda otro enemigo más que la inercia. La libertad le sonríe al que ama sus cadenas, intimida en vez de seducir, juzga nuestra miseria; sin embargo, es la amante más intensa de todas nuestras virtudes.

2 comentarios:

Anémona anónima. dijo...

Debería usted actualizar su blog, es sólo una sugerencia. La cantidad de identificaciones que desencadenan sus letras seguro no son ni de cerca las que imagina. Gracias por la catarsis.

Paco Milsuertes dijo...

Gracias Anémona Anónima, el siguiente post es para ti.

Saludos!